
Debido a la naturaleza de estos delitos el sujeto activo en ellos suele ser por lo general una autoridad o un funcionario público. Se considerará funcionario público a todo aquel que lo sea por disposición inmediata de la Ley, por elección o por nombramiento de la autoridad competente.
Entre estos delitos los más comunes suelen ser los de prevaricación de los funcionarios públicos y otros comportamientos injustos como dictar una resolución arbitraria en un asunto administrativo, a sabiendas de que es una injusticia.
También el abandono de destino y omisión del deber de perseguir los delitos y no ejecutar las penas correspondientes, así como denegar el auxilio.
Se engloba dentro de estos delitos la infidelidad en la custodia de documentos y la violación de secretos, como sustracción, destrucción u ocultación de determinados documentos, así como el tráfico de influencias que incluye la tipificación penal del abuso de influencias realizado por un funcionario público o por una autoridad.
Por su parte la malversación es la distracción o apropiación de bienes muebles o inmuebles llevada a cabo por aquel a quien incumbe el deber público de su custodia.
Todos estos delitos y acciones están relacionados con la corrupción y son una gran preocupación para los ciudadanos. Desde nuestro despacho de Zaragoza contamos con abogados penalistas profesionales con una larga experiencia en este tipo de procedimientos.
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